GoFundMe es una web para realizar donaciones a causas que van desde iniciativas de la sociedad civil hasta regalos de boda y, cada vez más, gastos médicos, que en EE.UU. alcanzan cifras inimaginables en Europa. Desde el mes pasado, una de esas solicitudes llama ‘Apoyar a Trump’ y su objetivo es lograr 355 millones de dólares (326,5 millones de euros) en donaciones para «financiar la injusta sentencia» del juez de Manhattan Arthur Engoron, dictado hace apenas un mes, contra el expresidente y empresario, por fraude continuado contra los bancos y el Tesoro de Nueva York durante 10 años. En realidad, la condena es de 465 millones de dólares (casi 428 millones de euros), porque cada día crece en 110.000 dólares (101.000 euros) por los intereses.
El abogados Los de Trump han declarado este lunes que es «prácticamente imposible» que su cliente pueda presentar garantías ante la Justicia de que dispone de esos casi 428 millones de euros el próximo lunes, cuando finaliza el plazo legal. Por ello, han afirmado que, mientras se decide la apelación de la sentencia, el Se suspende la presentación de garantías.. Parece extremadamente improbable que se acepte su argumento, dado que no tiene precedentes.
Así, todo parece indicar que el lunes día 25 podría abrirse el proceso de «retención» de los activos de Trump por valor de 428 millones de euros. Se trata de una operación sin parangón por la magnitud de la sentencia, que implica que los edificios -incluidos, quizás, la icónica Torre Trumpen Manhattan-, y cursos de golf -posiblemente el de Bedminsteren Nueva Jersey, o la de balmedie-En Escocia, dos de las ‘joyas de la corona’ del ‘imperio’ de Trump- podrían quedar temporalmente bajo el control de la Justicia mientras se resuelve el caso. Si finalmente se ratifica la sentencia, esos inmuebles serán vendidos para satisfacer la sanción. Pero, si eso sucede, será después de las elecciones del 5 de noviembre.
Trump no tiene esos 428 millones de euros porque, como muchos multimillonarios -empezando por su aliado Elon Musk- la mayor parte de su riqueza está invertida. Pero su problema es más grave porque sus inversiones no son en instrumentos financieros líquidos, que puedan liquidarse con sólo pulsar un botón, sino en ‘ladrillo’, que necesita mucho más tiempo. Además, si los compradores potenciales saben que el propietario tiene prisa por vender, claramente comprarán a un precio a la baja.
El equipo legal de Trump se ha puesto en contacto con más de 100 entidades financieras buscando financiación. Todos se han negado. Algunos, porque tienen fijado un máximo para estas operaciones de cien millones de dólares. La mayoría de ellos, además, porque no quieren tener como garantía, por ejemplo, una torre de apartamentos en Manhattan que tardará meses en venderse si se ejecuta la sentencia.
Y luego está la personalidad de Trump. Los bancos estadounidenses no le prestan dinero desde 1993., porque saben que es muy probable que no lo recuperen. Dejando de lado que la inspección de los edificios de Trump debería realizarse con lupa para evitar posibles sorpresas desagradables, el expresidente tiene un formidable historial de impago de sus deudas.
Si Trump gana la presidencia y pone en marcha sus planes para hacerse con el control de la Administración Pública estadounidense, es difícil imaginar que una empresa le demande por incumplimiento de contrato. Paradójicamente, ser favorito en las elecciones perjudica a Trump, en esta ocasión.
Políticamente, es difícil prever el alcance de una eventual ejecución de la sentencia. Por un lado, dañaría la imagen de Trump como empresario exitoso. Pero, por otro lado, reforzará la idea entre sus seguidores de que es injustamente perseguido por el sistema judicial. El hecho de que Trump no se haya preparado para esta situación es, en cualquier caso, otro factor de incertidumbre en la carrera por la Casa Blanca.
