El dato va de la mano del notable descenso de la esperanza de vida en la primera potencia mundial en los últimos años.
Corren tiempos adversos para el estado de salud de los estadounidenses. si en 2022 Se registró por segundo año consecutivo un nuevo descenso en la esperanza de vida, ahora un nuevo informe del Centro Nacional de Estadísticas de Salud muestra el mayor aumento de la mortalidad infantil en dos décadas, un barómetro en el que la primera potencia mundial tiene un claro déficit con respecto a otros países desarrollados.
El aumento es del 3% respecto al año pasado o una tasa de 5,60 muertes infantiles por cada 1.000 nacidos vivos. La tasa de La mortalidad neonatal aumentó un 3%de 3,49 a 3,58, y la tasa de mortalidad postneonatal en un 4% (de 1,95 a 2,02) de 2021 a 2022, con un aumento especialmente significativo entre los bebés indios americanos y nativos de Alaska no hispanos (7,46 a 9,06), así como entre los blancos no hispanos (4,36 a 4,52).
Por edades, las tasas de mortalidad infantil aumentaron significativamente bebés de mujeres de 25 a 29 años (de 5,15 a 5,37), con tasas preocupantes en el caso de las madres afroamericanas e indias nativas en comparación con las madres blancas e hispanas. El riesgo de muerte de sus bebés es el doble.
Él estudio no profundiza en las causas de ese aumento pero cita la complicaciones en el parto y el sepsis bacteriana del recién nacido como dos de las diez razones principales de muerte entre estos menores. De fondo, la pandemia. La mayoría de los bebés nacidos en 2022 fueron concebidos en 2021, año en el que se disparó el aumento de la mortalidad de mujeres embarazadas por los efectos del virus.
«Los datos de hoy subrayan que nuestra incapacidad para apoyar mejor a las madres antes, durante y después del nacimiento de un bebé es uno de los factores que contribuyen a los malos resultados de salud infantil», afirmó en una declaración la Dra. Elizabeth Cherot, directora ejecutiva de March of Dimes.
Total, 20.538 recién nacidos perdieron la vida en 2022 frente a 19.928 en 2021, un índice, la tasa de mortalidad infantil, que mide el número de bebés que murieron antes de cumplir un año. Las cifras también empeoraron para quienes llegaron al mundo con menos de 37 semanas de gestación, con peor suerte para los machos que para las hembras. Históricamente la tendencia en este sentido se ha mantenido.
El dato está en línea con el descenso de la esperanza de vida que ha colocado Estados Unidos ocupa el puesto 48 en el mundo, según una clasificación publicada por la CIA en su sitio web. Los datos oficiales del gobierno hablan de una disminución de 79 en 2019 a los 76,1 actuales tras el flagelo de la pandemia y la actual crisis de opioides que el año pasado se cobró la vida de más de 100.000 personas.
Según un estudio de la Universidad de Pensilvania, esos Muertes relacionadas con la heroína y el fentanilo. han contribuido a reducir la vida media de cada estadounidense en 153 días, cifra que se eleva a 261 días en los adultos blancos no hispanos, según datos de 2020. «Mientras que los países más desarrollados y ricos tienden a tener una mayor esperanza de vida, Estados Unidos ocupa el último lugar en la lista del G7 y el puesto 28 entre las naciones de la OCDE», indica el informe.
