Los republicanos intentan llegar a un acuerdo con la izquierda demócrata para derrocar al actual presidente de la Cámara de Representantes
Faltando menos de un día para el Cierre de la Administración Pública de Estados Unidos porque el partido republicano no está de acuerdo sobre qué leyes aprobar en la Cámara de Representantes, donde tiene mayoría, la guerra civil en esa formación política se intensifica. El sector más ‘trumpista’ del partido, que es el que está obligando al cierre del Estado federal, está lanzando una ofensivo para destituir al presidente de la Cámara de su cargo, también republicano. Pero, como esos legisladores no tienen los votos necesarios para hacerlo, están tratando de hacer un acuerdo con sus enemigos declarados: la izquierda democrática.
El posible alianza Se trata, en el mejor de los casos, de algo sin precedentes y, en el peor, una señal del faccionalismo -más bien tribalismo- al que está llegando la política estadounidense, en la que el ala republicana más conservadora y tradicional, encabezada por el representante de Florida Matt Gaetzquien es un enemigo declarado de McCarthy, está hablando con el presidente del Caucus Progresista, Pramila Jayapal, del estado de Washington. Es un unión contra natura, entre un partidario de la construcción de los muros que se necesitan en la frontera con México y un defensor de la inmigración. Pero la política es así. En cualquier caso, más que una posible solución a la crisis, ya que les parece imposible llegar a un acuerdo, las negociaciones entre Gaetz y Jayapal son más bien un reflejo de la balcanización de la política estadounidense.
Mientras tanto, McCarthy todavía está intentando llegar a un acuerdo de última hora que evitar un cierre de la Administración que, potencialmente, podría tener consecuencias muy negativas para los propios republicanos. Su última propuesta es autorizar un paquete presupuestario mínimo, con recortes presupuestarios y medidas contra la inmigración ilegal.
Es hasta cierto punto una rendición -otra más- de McCarthy al ala. ultraconservador de su partido, pero no está claro que llegue a buen puerto, sobre todo porque lo que esa ala quiere es el jefe del presidente de la Cámara -aunque no tiene a nadie que lo sustituya- y, con tales exigencias y en el A falta de un día para que llegue el cierre, no parece que haya tiempo para negociar mucho.
