El 12 de julio, Victoria Anna PereaLa primera ‘bebé probeta’ nacida en España cumplirá 40 años. Ha sido la primera bebé nacida en nuestro país, en la Clínica Dexeus de Barcelona, gracias a las técnicas de reproducción asistida, un abordaje que en estas cuatro décadas ha vivido «una auténtica revolución», en palabras de Pedro N. Barri, presidente de la Fundación Dexeus Mujer y, junto a la bióloga Anna Veiga, ‘padre’ científico de Victoria Anna.
Cuando nació Victoria Anna, «hasta entonces sólo habían nacido seis niños mediante técnicas de reproducción asistida», explica Barri. La primera fue la británica Louise Brown, en 1978. Desde entonces, más de 120 millones de niños han nacido gracias a la ayuda científica.
«El 11% de los embarazos en España se han conseguido mediante alguna modalidad de reproducción asistida», asegura Barri, quien junto a Veiga y Victoria Anna compareció este jueves ante los medios para conmemorar el 40 aniversario de este hito.
“He podido ver la evolución de las técnicas de reproducción asistida desde una perspectiva puntera y al final soy consciente de que represento un caso de éxito y eso crea un gran contraste con muchas situaciones que desgraciadamente vivo hoy en día de amigos muy cercanos o personas que están pasando por procesos de reproducción asistida de difícil abordaje y emocionalmente difíciles”, comenta Victoria Anna.
“Creo que nuestra generación no ha tenido toda la información necesaria a tiempo para poder tomar decisiones conscientes sobre la maternidad y me gustaría que fuéramos la última generación desinformada en este sentido”, añade. “Creo que las que vienen son mucho más conscientes de esto y si no tienen esta información les diría que la pidan y la exijan porque es nuestro derecho tener toda la información para poder tomar decisiones que no nos condicionen en el futuro”.
Victoria Anna, con su madre y el Dr. Barri.
En la misma línea, Barri destaca que uno de los principales retos que deben afrontar hoy los especialistas es el retraso en la maternidadlo que tiene un impacto significativo en la fertilidad de la mujer, porque afecta la reserva ovárica y la calidad de los ovocitos y reduce significativamente las posibilidades de lograr el embarazo.
Según el especialista, el perfil de la paciente que recurre a la reproducción asistida hoy en día es diferente al de hace unas décadas. En primer lugar, por la edad. “La edad media de la mujer que recurre a estas técnicas en nuestro centro ha pasado de los 35 a los 39 años”, apunta.
Hace unas décadas, el principal motivo de consulta eran los problemas de fertilidad asociados a alguna patología, como la obstrucción de las trompas de Falopio que sufría la madre de Victoria Anna. Hoy en día, sin embargo, en la mayoría de los casos los problemas de infertilidad suelen deberse a la edad avanzada, principalmente de la madre.El 50% de las mujeres que atendemos aquí tienen más de 40 años. «Hablamos de edades en las que ya hemos superado el reloj biológico», afirma Barri, que recuerda, no obstante, que la edad también es importante en el caso de los hombres. «También en el caso de los hombres, el rendimiento reproductivo se reduce significativamente con la edad».
Por otro lado, también han cambiado los modelos familiares que recurren a la reproducción asistida, un cambio que refleja los cambios sociales. Hace cuarenta años, sólo las parejas heterosexuales recurrían a las técnicas de reproducción asistida, mientras que ahora es habitual que las pacientes sean madres solteras u mujeres homosexuales, que recurren al método ROPA, señala Barri. En estos casos, uno de los miembros de la pareja dona el óvulo, que es inseminado con el semen de un donante y posteriormente implantado en el útero del otro miembro de la pareja, que gestará el bebé.
“La reproducción asistida es uno de los ámbitos donde el conocimiento ha avanzado más rápidamente en estos 40 años”, subraya la especialista, que recuerda que el continuo desarrollo de nuevos enfoques ha permitido optimizar resultados.
Victoria Anna, con la Dra. Anna Veiga.
Entre ellas destacan la inyección intracitoplasmática, que permite inyectar un único espermatozoide directamente en el óvulo y está indicada cuando existen alteraciones en el espermatozoide que dificultan la fecundación; la vitrificación, que ha permitido criopreservar óvulos y embriones de forma mucho más eficiente y preservar al máximo su calidad; y el diagnóstico genético preimplantacional (DGP), que permite detectar posibles alteraciones cromosómicas embrionarias y evita la transmisión de enfermedades hereditarias a la descendencia.
Si en la década de 1980 la tasa de éxito era del 20%, los datos para 2023 hablan de entre el 50 y el 65%.
Otro cambio importante es que hoy en día, en las intervenciones Ya no se transfieren tres embriones Para “asegurar” el embarazo: los avances han mejorado significativamente su eficacia y ahora sólo se implanta un embrión en el 97% de los casos.
En cuanto a la preservación de la fertilidad, Congelar los propios óvulos para posponer la maternidad– En 2009 y en Dexeus Mujer, el 71% de estos tratamientos se realizaron porque tenían una causa médica asociada y sólo el 29% se debían a motivos personales o profesionales. En la actualidad, los realizados por motivos sociales representan el 87% y sólo el 13% son por motivo médico.
