El Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. anunció que la tormenta tropical Beryl es lo suficientemente fuerte como para ser considerada el primer huracán de la temporada en el Atlántico y advirtió que las Islas de Barlovento estarían en riesgo de ser azotadas.
La autoridad emitió una alerta de huracán para Barbados -es decir, advirtió que se esperan condiciones de huracán en menos de 36 horas- y una orden similar pero con un aviso de 48 horas para las islas de Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas y Granada.
Actualmente, el huracán Beryl tiene vientos sostenidos de 120 kilómetros por hora, con algunas ráfagas más fuertes.
La alerta del Centro Nacional de Huracanes decía: «Se pronostica un fortalecimiento rápido y continuo, y se espera que Beryl se convierta en un huracán importante y peligroso antes de llegar a las Islas de Barlovento».
Si Beryl sigue el camino pronosticado por algunos meteorólogos y se convierte en huracán de categoría 3, sería una de las primeras llegadas a tierra de una de las tormentas sobre las que ha alertado la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA).
«Es sorprendente ver un pronóstico de un gran huracán (Categoría 3+) en junio en cualquier parte del Atlántico, y mucho menos tan al este en los trópicos profundos», dijo en las redes sociales Michael Lowry, experto en huracanes.
«Sólo cinco huracanes importantes (categoría 3+) han ocurrido en el Atlántico antes de la primera semana de julio. Beryl sería el sexto y el más temprano en este extremo del Atlántico tropical».
Una temporada “muy activa”
En mayo, la NOAA anunció que una temporada «muy activa» como la que se espera para este año podría provocar entre 17 y 25 tormentas lo suficientemente grandes como para recibir nombre.
Estas previsiones se deben en parte a la alta probabilidad de que se forme el fenómeno de La Niña durante la segunda mitad del año, tras haber presenciado los efectos de El Niño en 2023.
Investigadores estadounidenses afirmaron recientemente que existe un 60% de posibilidades de que La Niña se desarrolle entre junio y agosto, y un 85% de posibilidades de que esto suceda hasta el otoño.Eh.
El efecto de enfriamiento de La Niña también puede desacelerar levemente el ritmo del calentamiento global.
Esto podría indicar que las temperaturas récord experimentadas el año pasado no son evidencia de que el mundo haya entrado en una fase de calentamiento más rápido.
