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Cunas vacías: el destino de los cadáveres neonatos abandonados en hospitales

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El cuerpo de un neonato puede durar entre una semana y dos meses en la morgue de una maternidad en espera de ser reclamado por familiares.

En los cementerios es usual que las personas no caminen sobre las tumbas, por respeto a los fallecidos. Sin embargo, los restos de los recién nacidos no reclamados enterrados en el Cristo Salvador, se sepultan en la tierra, en un terreno sin asfaltar, que usualmente sirve como camino para llegar al nicho de un familiar o un conocido.

Cada año cientos de cadáveres de recién nacidos y bebés son abandonados por sus padres en los hospitales y maternidades del país. Entre 2022 y el tercer trimestre de 2023 fueron al menos 924.

Aquellos cuerpecitos que llegan en estas condiciones al Cristo Salvador, son sepultados en diminutas cajas fúnebres, de manera individual, sin ninguna señal de que a un par de metros bajo tierra hay restos de un neonato. Este cementerio no cuenta con un nicho ni una fosa común destinada para estos fines.

Así que, sin importar si es el de un bebé o el de un adulto sin reclamar o identificar, el jefe de campo, Pedro Rosario, junto con un zacateca busca un espacio donde podrían sepultar el cadáver. Se mueven a pie o en una motocicleta hasta encontrar el sitio ideal, que posteriormente es depurado, para evitar que haya otra tumba al lado y allí cavan un hoyo.

Estos cuerpos se desvanecen rápido. La fragilidad de sus huesos no permite que cinco años después sean movidos hacia el osario que se encuentra cerca de la entrada del camposanto. De hecho, las tumbas son tan pequeñas, que con el tiempo, la tierra se va hundiendo y esto permite que se pueda enterrar otra caja similar encima.

Hasta el momento, este cementerio recibe cadáveres de bebés no reclamados de dos de las principales maternidades de la capital: Los Mina y La Altagracia. Sin embargo, no manejan los datos de las cantidades exactas de estos casos.

En solicitudes realizadas por este medio a través de acceso a la información pública de centros médicos, se recopiló que ambas maternidades sumaron al menos 528 bebés abandonados e inhumados.

No se pudo comprobar si todos fueron al Cristo Salvador.

Lo que sí reiteró Freddy Ramírez, encargado de asuntos legales del cementerio, es que cada uno se entierra en terrenos separados, en caso de que en un futuro se necesite exhumar para pruebas de ADN u otros requerimientos.

“Nos han llegado casos de neonatos, cuando la madre o el padre han venido por dudas, y hacen ellos el levantamiento con una orden judicial”, añadió Ramírez.

Para que el cementerio los acepte y prepare el terreno, se debe enviar por cada bebé un certificado de defunción junto con un informe sellado y firmado por el director del hospital. También otros datos como las causas del fallecimiento, nombre de la madre y una copia de su cédula y una certificación del neonato fallecido sellada y firmada por el hospital, entre otros.

En la maternidad de Los Mina, en el periodo citado, más de la mitad de abandonos (69%) fueron por parturientas haitianas. Esto se pudo comprobar al hojear los registros del cementerio que indican que muchas de estas mujeres eran jóvenes, y se dedicaban a labores de ama de casa.

Por cada cadáver sin reclamar, cada hospital paga 1,400 pesos al ayuntamiento. “Es una mínima cuota para nosotros pagarles al hoyero que hace ese hoyo para enterrar esos cadáveres”, dijo Ramírez.

Las maternidades que registraron más casos fueron La Altagracia, con 381; Reynaldo Almánzar, con 332; y Los Mina, con 147.

Y cada uno tiene un protocolo interno, que va desde pedirle a los padres que firmen un descargo, a esperar hasta un mes para que estos reflexionen y asuman la sepultura de su bebé: para esta última parte algunos hospitales tienen acuerdos con funerarias. Otros usan a su personal para llevarlos directamente al cementerio.

Luego del escándalo en el hospital de la Ciudad Juan Bosch por la aparición de seis neonatos dejados en las afueras del Cristo Salvador, el centro cambió el servicio de la funeraria La Popular de la Zona Universitaria, encargada de estos fines y ahora lo hace directamente con el camposanto, información confirmada por la directora Marilelda Reyes Pérez y Virgilio Ureña, administrador del cementerio.

PROTOCOLOS

Autorizo al hospital a hacerse cargo del cuerpo…”, dice el descargo, escrito a lapicero, que tiene que firmar cada madre para ceder el cuerpo del recién nacido al hospital Ciudad Juan Bosch. Hasta octubre del año pasado, tenían contabilizados diez formularios de este tipo.

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