¿Y si el desastre del debate de Joe Biden con Donald Trump no hubiera tenido ningún impacto en los votantes? En otras palabras: ¿es posible que todo el debate sobre la permanencia de Biden en la carrera sea sólo algo para lo que los estadounidenses llaman las «clases parlanchinas» -la trinidad de políticos, académicos y periodistas, a la que ahora debemos añadir una cuarta especie, los «insiders» de las redes sociales -también llamados, para abreviar, «influencers»?
Estas preguntas se basan en algunos hechos y algunas interpretaciones del debate del jueves. El hecho más sólido es la escasa audiencia que tuvo el encuentro. Sólo 47,9 millones de personas lo vieron por televisión, según datos de la empresa organizadora, CNN. Eso supone una brutal caída del 34,5% en relación a los 73,1 millones de espectadores que siguieron el primer encuentro entre Trump y Biden en las elecciones de 2020. Si tenemos en cuenta que en esas elecciones votaron 159 millones de personas -81,3 millones por Biden, 74,2 millones por Trump y más de cuatro millones por otros candidatos-, resulta que sólo uno de cada tres votantes potenciales vio el debate. Aunque estas cifras aún no incluyen las audiencias online, todo indica que estas también fueron muy inferiores a las de hace cuatro años, cuando aproximadamente dos tercios de los espectadores dieron la victoria a Biden, exactamente el porcentaje de los que ahora dicen que ganó Trump. .
La falta de interés público podría explicar el hecho de que El debate puede haber tenido poca influencia en las intenciones de votosegún sostiene un estudio de la empresa de encuestas Ipsos y la web especializada en estadísticas 538, de la cadena de televisión estadounidense ABC. Según Ipsos y 538, el voto de Biden cayó 1,5 puntos porcentuales, del 48,2% al 46,7%, mientras que el de Trump solo subió cuatro décimas, del 43,5% al 43,9%. Eso podría confirmar la impresión de que no es que Trump lo haya hecho bien, sino que Biden lo ha hecho peor que mal. En este contexto, es normal que el voto del candidato independiente antivacunas Robert Kennedy aumentó del 17,3% al 18,4%. La gran pregunta es si Kennedy ha conseguido esos votos de votantes decepcionados por Biden que, sin embargo, no van a unirse a las filas de Trump. Hasta la fecha, Kennedy había obtenido votos de los dos grandes candidatos pero, sobre todo, de los republicanos.
En cualquier caso, estas cifras no son buenas para Biden, por una sencilla razón: el sistema electoral estadounidense favorece enormemente a los estados menos poblados. Para que un demócrata gane la Casa Blanca no basta con que le saque una pequeña ventaja a su rival republicano. Hillary Clinton Biden obtuvo 2,9 millones de votos más que Trump y perdió. Incluso en 2020, a pesar de haber vencido a Trump por 7,1 millones de votos, Biden podría haber perdido si hubiera obtenido 44.000 votos menos en tres estados: Georgia, Arizona y Wisconsin. Los otros siete millones de votos que le llevaban de ventaja no le habrían servido de nada. Por lo tanto, Biden tenía que haber ganado. El mero hecho de que perdiera no hace más que consolidar la ventaja de Trump en la carrera.
Apartar el debate de las elecciones era parte de la estrategia demócrata. Tal y como explica el empresario de origen español John Greenque forma parte del órgano asesor de la Casa Blanca, el Consejo Presidencial de Exportación, «Esa fecha fue elegida para que hubiera tiempo de sobra para volver y recuperarse»Sin duda, Biden tiene por delante un duro camino hacia la recuperación… si es que alguna vez lo logra.
