Este político todoterreno, temperamental, querido y apreciado dentro y fuera de Portugal, se encontró al borde del abismo en noviembre y decidió dimitir tras enterarse de una investigación judicial que implicaba a personas en las que más confiaba -incluido su Jefe de Gabinete- y, al parecer, a él mismo. En un gesto de honestidad, que no podrá ser valorado hasta que se confirme que no había pruebas que sustentaran su acusación, Costa dimite como primer ministro de Portugal porque, aseguró, esta investigación «no es compatible» con «la dignidad» de su cargo.
Costa lo dejó todo cuando liderar un Gobierno que tenía mayoría absoluta y cuando su nombre se escuchó repetidamente en los círculos europeos como el próximo presidente del Consejo europeo.
Ahora, apenas siete meses después, el portugués ya sabe que Costa se sinceró cuando dijo que dejaba su cargo «con la conciencia tranquila». Y los dirigentes europeos parecen haber confirmado que no va a haber ninguna mancha judicial que se interponga en su hasta entonces trayectoria ascendente.
Costa ha sido casi todo en política: concejal, diputado en la Asamblea Nacional, alcalde de lisboa, Ministro, Primer ministro, eurodiputado y, ahora, va a presidir el Consejo Europeo en un momento clave para Europa, cuando el populismos los avances de la construcción europea y la derecha extremalAunque dividido, ahora es claramente el tercer grupo político en el Parlamento Europeo.
Costa ha sido toda su vida un sobrevivientea gran negociador, afablepero de caracter fuerte. Cualidades que le han ayudado a construir un animal político que ha surgido desde abajo. En 2015, cuando asumió el cargo de Secretario General del Partido Socialistanadie podía imaginar que en unos meses se convertiría en jefe del Gobierno de Portugal gracias a un moción de censura y apoyado por partidos de izquierda del PS gracias a lo que se llamó el geringona (artilugio en español).
En 2019 ganó las elecciones legislativas y decidió gobernar en solitario. Y en 2022cuando provocó un avance electoral después de que la izquierda tumbara sus presupuestos, logró la mayoría absoluta.
Costa puso fin a las más duras medidas de ajuste y recortes impuestas por el troica (la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI) durante el rescate del país. Sin abandonar el camino de la disciplina fiscal, el líder portugués flexibilizó las políticas más duras para reducir la desigualdad y fortalecer los servicios públicos, lo que le hizo crecer en popularidad.
Costa siempre se ha granjeado el cariño de sus colegas en los consejos europeos. Referente de los socialistas europeos -es uno de los pocos que ha tenido mayoría absoluta-, su relación Con Pedro Sánchez siempre fue excelenteLos dos formaron una entente ibérica que ha defendido en repetidas ocasiones los intereses de ambos países ante Bruselas.
A sus 61 años, Costa inicia la que podría ser la carrera que culmine toda su carrera. Su cintura, su mano izquierda y su carácter abierto y conversador serán fundamentales para dirigir el Consejo en uno de sus momentos más difíciles de la UE y la Panorama internacional.
